A la hora de cepillarse los dientes, es común olvidarse de una parte fundamental de nuestra boca: la lengua. No obstante, una correcta limpieza de la lengua es clave para prevenir ciertas afecciones bucales. Para ello, nada mejor que utilizar a diario un limpiador lingual.

Esto se debe a que la lengua se concentran muchas bacterias. Además, por sus particularidades anatómicas – su superficie no es lisa, sino que está formada por diferentes surcos – pueden acumularse restos de alimentos cuando estos no son correctamente eliminados.

Las bacterias y los restos de comida pueden acumularse en la lengua y favorecer las caries, las enfermedades periodontales y el mal aliento. Por ello, la limpieza diaria de la lengua con un limpiador lingual es un paso clave en la rutina diaria de higiene bucodental.

Por todo ello, una inadecuada limpieza de la lengua puede contribuir a la proliferación de bacterias implicadas en la aparición de enfermedades bucodentales como las caries, la gingivitis y la periodontitis, así como al mal aliento.

De este modo, es importante incluir el raspado lingual en la rutina de higiene bucal para poder disfrutar de una boca sana y sin halitosis.

 

Por qué utilizar un limpiador lingual

Si bien se puede limpiar la lengua con el cepillo de dientes, se ha demostrado científicamenteque utilizar un raspador o limpiador lingual resultaría mucho más efectivo para reducir la concentración de bacterias en la boca y combatir el mal aliento.

Esto se debe a las particularidades de este elemento para la higiene bucodental, pues está específicamente diseñado para la correcta limpieza de esta parte de la boca.

En ese sentido, algunos limpiadores linguales como el de Halita, cuentan con dos caras. Una de ellas, con un perfil ondulado para adaptarse a la depresión central de la lengua. Y, la otra, de perfil liso para limpiar los laterales de manera más óptima.

De este modo, en cuanto a la limpieza lingual, no se trataría de ‘frotar’ la lengua, sino más bien de ‘rasparla’ para poder arrastrar las bacterias y los posibles restos de comida fuera de la boca.

Así pues, los limpiadores linguales consiguen una limpieza de la lengua mucho más precisa que los cepillos dentales. Además, esta es mucho más higiénica y suave.

 

Cómo usar el limpiador lingual

La limpieza de la lengua es un hábito que debería realizarse, al menos, una vez al día. Concretamente, se tendría que usar el limpiador lingual después del cepillado de los dientes y la limpieza interdental.

En cuanto a cómo usar el limpiador lingual, primero hay que empezar por la parte central de la lengua, utilizando la cara del limpiador que presenta un saliente.

Para ello, se tiene que sacar la lengua e introducir el dispositivo en la boca, intentando alcanzar la parte más profunda de la lengua. A continuación, se debe arrastrar el limpiador lingual hacia la parte delantera de la boca y, al finalizar, enjuagarlo con agua.

Posteriormente, hay que utilizar la cara lisa del limpiador para los laterales de la lengua, aclarándolo después de cada pasada.

Al acabar, se puede enjuagar la boca con agua o, para una higiene bucodental completa, con un colutorio específico según las necesidades de cada persona.

Así pues, la limpieza de la lengua es un hábito sencillo que solamente sumará un par de minutos más a nuestra rutina de cepillado de dientes.

 

Un pequeño esfuerzo que bien merece la pena por los diferentes beneficios de usar un limpiador lingual.

 

Fuente: http://blogsaludbucal.es/es/articulo/329-beneficios-de-usar-un-limpiador-lingual