Con la llegada del verano, son muchas las personas que recurren a las «dietas  milagro» para intentar perder esos quilos de más. Sin embargo, estas dietas de adelgazamiento, que prometen una rápida pérdida de peso sin apenas esfuerzo, a base de un desequilibrio en los nutrientes proporcionados y una restricción energética intensa, no están exentas de riesgos y, además, favorecen una recuperación muy rápida del peso perdido.

Los expertos lo tienen claro: ¡hay que huir de las dietas milagro!, que permiten perder peso a costa de la salud física e incluso, en ocasiones, mental, de sus seguidores.

Para saber reconocer una dieta de estas características, el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas (GREP-AEDN) propone que se deconfíe de una dieta cuando:

  • Prometa resultados rápidos
  • Prometa resultados asombrosos o «mágicos»
  • Prohíba el consumo de un alimento o grupo de alimentos
  • Contenga afirmaciones que contradigan a colectivos sanitarios de reputación reconocida
  • Incluyan relatos, historias o testimonios, sin documentar, para aportar credibilidad
  • Pueden autoadministrar o implementarse sin la participación de profesionales sanitarios cualificados
  • Contengan listados de alimentos buenos y malos
  • Exageren o distorsionen la realidad científica de un nutriente o alimento cualificados
  • Incluyan o se basen en el consumo de preparados que venda quien promueve el tratamiento dietético, con un coste muy elevado si se comparan con el valor económico de obtener los mismos resultados comiendo alimentos comunes
  • Garanticen los resultados o prometan «devolver el dinero» si no funcionan
  • Hagan afirmaciones que sugieren que el producto es seguro, ya que es «natural»
  • Se desliguen de los posibles efectos adversos de su uso
  • Realicen conclusiones simplistas extraídas de un estudio científico complejo
  • Hagan recomendaciones basadas en un único estudio, o en estudios realizados con pocas personas (muestra no representativa) y seguidas durante un breve espacio de tiempo; en varios estudios realizados en animales o en modelos celulares (in vitro); en estudios sin revisión por pares (peer reviewed), o en estudios que ignoran diferencias entre individuos o grupos

Si, a pesar de todas estas recomendaciones, uno decide someterse a una «dieta milagro» deberá hacerlo asu miendo los riesgos que ese régimen tendrá tanto sobre su salud general como sobre su salud bucodental, donde puede:

  • Como por una restricción excesiva de las grasas, esenciales para el funcionamiento del organismo al contener la vitamina D, imprescindible en la absorción de calcio, como por un consumo abusivo de fruta, rica en azúcar y ácido que afectan al esmalte dental al erosionar la capa protectora de los dientes, la dentina, y lo vuelven vulnerable a la caries y las infecciones
  • Alterar la composición de la saliva, en parte por una carencia de vitamina A, que ve mermadas sus propiedades antibacterianas
  • Afectar a la salud ósea (hueso maxilar) y ligamentosa (ligamento periodontal), por falta de vitaminas y minerales, lo que influye negativamente en el sostén de los dientes y puede acabar provocando su caída
  • Causar lesiones mucosas, como estomatitis (aftas) y queilitis (boceras), por falta de vitamina B2
  • Atrofiar las papilar linguales por falta de vitamina B12, con la consiguiente alteración del sentido del gusto
  • Reducir la capacidad de reparar lesiones y aumentar la susceptibilidad a infecciones por falta de vitamina C

Por lo tanto, mantener una dieta equilibrada y saludable será clave para gozar de una buena salud bucodental y, en caso de querer adelgazar, nada mejor que ponerse en manos de un profesional que prepare una dieta que incluya todos los nutrientes existentes de manera proporcionada, tanto los inorgánicos (agua y minerales), como los orgánicos (hidratos de carbono, lípidos, proteínas y vitaminas).

 

Fuente: http://blogsaludbucal.es/es/articulo/304-como-afectan-las-dietas-milagro-a-la-salud-bucal