Recientes estudios ponen de manifiesto que el origen de la halitosis se encuentra en la cavidad bucal, desmintiendo la mayoría de las teorías anteriores que situaban su causa en el estómago, lo que relaciona de manera clara el mal aliento con las enfermedades periodontales.

La primera de los tres primeros tipos de halitosis es la genuina o verdadera, cuyo olor puede medirse de manera objetivable. Por su parte, la segunda de ellas, la pseudohalitosis, sobreviene cuando el paciente tiene la percepción de padecerla pero no es objetivable por su odontólogo. En tercer lugar, la halitofobia tiene lugar cuando la queja del paciente por su supuesta halitosis es persistente pero no objetivable.

Según las estadísticas, un 30% de la población adulta padece o ha padecido halitosis genuina en alguna ocasión, lo que supone una prevalencia estimable: de ellos, cerca del 90% de los casos tienen su origen en la misma boca; al mismo tiempo, de estos, el 60% de los casos de halitosis verdadera está asociada a algún tipo de patología periodontal. Dentro de este 60%, se evidencia que entre el espectro de posibles patologías periodontales causantes, la gingivitis y la periodontitis son, con un 30% de los casos cada una, sus causas más probables (Delanghe et al., 1998; Delanghe et al., 1999).

En cuanto a la prevalencia de la halitosis entre varones y mujeres (Iwakura et al., 1994; Rosenberg et al., 1991), no se han observado diferencias notables, aunque son siempre las pacientes del género femenino las que más se preocupan por padecer la enfermedad y, como consecuencia, insisten más en su tratamiento.

En la categoría por rango de edades sí se hace patente una mayor prevalencia, ya que el porcentaje de casos aumenta con la edad (Miyazaki et al., 1995). Si distinguimos por edades, son los individuos jóvenes los que más se preocupan por este problema, aunque generacionalmente no son el colectivo más afectado por la halitosis (Iwakura et al., 1994).

 

Fuente: http://www.blogsaludbucal.es/es/articulo/85-las-enfermedades-periodontales-principal-causa-de-la-halitosis